miércoles, 26 de mayo de 2010

BREVE RELATO.

Esta mañana fría de sábado un grupo de novatos escritores salimos en busca de aceite para nuestras lámparas , de tinta para nuestras plumas, de emociones de vivencias para verterlas en la blanca sabana de papel.

Conversando animosos caminamos por las calles mirando el entorno, cada uno tomo su propia percepción. Por mi parte lo primero que vi fue a un desfalleciente vendedor ambulante que agotado dormitaba sobre sus mercancías, tal vez soñando que todas se vendían.
Feliz sueño que lo hacia sonreír al comprar casa para su familia, ropa y juguetes para sus hijos y un hermoso paseo a la playa, de pronto sintió que se ahogaba en el mar y fue cuando despertó, su boca estaba llena por la lluvia pertinaz que lo volvió a la realidad.
Continuando nuestra caminata vimos los almacenes exibiendo sus prendas de última moda y en medio de las luces y la decoración llamativa los vendedores invitando a entrar. Seguimos caminando hasta encontrar una cafetería muy concurrida donde muchas personas entraban y salían constantemente, unos degustamos café caliente, otros una aromática también muy caliente, por aquello del intenso frío. Hablamos sobre diferentes temas, fue un momento de acercamiento con algo de familiaridad, muy bonito.

De regreso entramos a la plaza de mercado, desde la entrada percibí el olor poco agradable para mi gusto de estofados en grandes ollas, más adelante el fresco olor a monte de los puestos que venden gran variedad de plantas aromáticas y medicinales, diagonal a ellos los graneros atestados de abarrotes, luego la sección más agradable para mí, la de las frutas, con sus bonitas y diversas formas, con sus deliciosos y variados olores, que agradable, luego estaban las verduras, las grandes cabezas de coliflor, y de brócoli, las auyamas, las espinacas , las zanahorias, pronto me hicieron pensar en un delicioso y nutritivo almuerzo.

Pasando a la sección de los animales, se consiguen allí: patos, gansos, gallinas, gatos, hamsters, pavos, peces,en especial me llamo la atención un pequeño en un acuario , era un extraño pececillo con patas delanteras y traseras con una especie como de antenas en su cabeza, y hasta tenia este letrero: no soy, renacuajo, no soy lagarto, ni tampoco ratón soy un "bebe axolote".

Se mezclaban los olores del excremento animal con las frituras de carnes y morcilla que ofrecen las fritangeras, casi que corriendo por el desagradable olor, pasamos a otra zona donde insistentes chicas nos invitaban a comer ensalada de frutas que presentaban muy bien decoradas y llamativas.

Salimos de allí, el ambiente cambia, el ruido de los carros, la llovizna impertinente, las personas que se deslizan presurosas por las calles, pronto llegamos al salón y así termina esta narración, aunque no dejo de pensar en Axolote, cuantas criaturas existen que no conocemos, pienso que muchas, la diversidad y multiforme expresión de vida, es inmensa,como inmenso y grandioso es nuestro Creador.
mary

1 comentario:

  1. Dicen que el relato cuenta o reproduce estructuralmente la representación del tiempo dentro del contexto vivenciado y que tiene que ver con la construcción de memoria colectiva. Es interesante en la medida que se recogen frases y acciones de uso común, permitiendo prolongar el tiempo y traspasar espacios.

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